Está claro que estamos pasando una etapa muy difícil y de gran impacto no solo económico. ¡El coronavirus ha hecho darnos cuenta de muchas cosas, al menos a mí!
Me ha abierto los ojos para darme más cuenta todavía de que tengo que ser feliz con todo lo que tengo que no es poco…
Estos días encerrado en casa sin salir, solo saliendo una vez por semana o a los 9 días para ir a comprar he valorado cada pequeño detalle que tenía antes en mí día a día y que pasamos por alto, se nos olvida, valorar que salir a comprar cuando queramos, dar una vuelta, tomar una cerveza con los amigos, ver a tu familia, abrazar a la gente que quieres… en definitiva, pasar tiempo de calidad con la gente que quieres es algo maravilloso, porque el tiempo pasa muy rápido y ahora mismo yo me doy cuenta de que en este preciso momento tengo 34 años y en cuanto acabe todo esto, tendré trabajo, a mi familia, salud (esperemos).
Es curioso que día a día nos quejamos de una infinidad de cosas que ahora mismo me paro a pensar y me digo a mi mismo “ qué idiotas somos”. No dando valor y la verdadera importancia a cosas que realmente la tienen, como por ejemplo levantarme con mis 2 piernas, ver el bonito día con mis 2 ojos, escuchar los sonidos de mi alrededor y poderme preparar un zumo de naranja con mis 2 manos y notar lo dulces o no que están esas naranjas…
¡Seguidamente poder ir a ver a mi abuela que espero que me dure muchos años, ya que es la única que me queda, poderla abrazar y darle muchísimos besos y decirla lo muchiiiisimo que la quiero!
También puedo ir a jugar un partido de fútbol, que me encanta, y poder disfrutar con mis amigos de un rato haciendo deporte y compartiendo esta afición que nos une y nos quedan buenos recuerdos cuando miramos fotos de hace años…
¡Después toca ir a trabajar, esa obligación que no gusta a nadie pero hay que valorar lo que cada uno tiene, y con eso no quiero decir que nos tengamos que conformar con cualquier cosa, no!
En mi caso por ejemplo, he estado 8 años yendo a trabajar los meses de verano hasta que por fin, conseguí mi contrato indefinido. Y ahora tengo mi trabajo estable el cual compagino con los espectáculos de magia que me van saliendo.
Me hace gracia cuando la gente me dice, que suerte tienes… ja, ja, ja ( ya sé que es una forma de hablar) pero suerte no he tenido ninguna, la situación que tengo me la he ganado yo solito.
No ha sido fácil, he tenido que sacrificar muchas cosas e invertir una buena cantidad de dinero, sobre todo al principio para cuando decidí empezar a emprender en la magia, como todo en la vida, requiere un esfuerzo y una inversión, y aunque muchos de mis amigos se rieran de mí y mis padres no confiaran en mí yo creí en mí y luché por conseguir mis propósitos, los cuales a día de hoy he conseguido y sigo valorando cada día de mi vida, por eso mismo, porque me ha costado mucho esfuerzo conseguirlo.
Con todo esto lo que quiero hacer llegar a la persona que lea esto, es que en la vida y ahora más que nunca hay que hacer lo que uno quiere y luchar por lo que uno cree, siendo consecuente claro está con la realidad de cada uno, la situación de cada uno y lo que cada uno puede aportar realmente.
El camino no es fácil, nadie regala nada en ningún lado, solo lo que tú consigas y luches es lo que podrás recoger el día de mañana, muy pocas personas van a estar a tu lado en los momentos difíciles y no por eso hay que tirar la toalla, lo más importante y para mí fundamental es que cada uno crea en sí mismo, y poco a poco, con el tiempo, formándote y siendo constante los resultados, tarde o temprano llegan.
¡Si ahora con esta situación no haces nada para cambiar tu vida, luego no te quejes de la vida que tienes!